El domingo fui a una misa carismática....el Padre Juan Carlos es un sacerdote joven y muy agradable....sus palabras llevan consuelo todos los domingos en la Capilla del Cementerio de Avellaneda. Como se iba a ausentar por seis meses (estará de Capellán en la Antártida) quise escucharlo,...nunca antes había oído un sermón tan especial....parecía que cada palabra...estaba dirigida a mí. Cuando llegó el momento de la imposición de manos....él y otro sacerdote, éste mucho mayor, se acercaban a la gente y colocaban sus manos, sobre la cabeza de los fieles.....Al tocarme a mí....sentí algo especial, mi estabilidad flaqueó y fui a parar al piso.....ahí quedé, con la respiración agitada y el corazón palpitando...
Quizás alguno de ustedes, alguna vez, hayan experimentado esto....yo, no concurro casi nunca a misa....no me sentia cómoda en las iglesias...esto fue una experiencia única para mí....quizás sea una señal...me gustaría conocer la opinión de los que siempre me escriben y todos los que lean estas palabras.